NUESTRAS CIUDADES: UN BOSQUE DE CEMENTO
Vale
la pena una reflexión seria y profunda de la triste realidad de nuestras ciudades. Buscando nuestro bienestar
y para cubrir nuestras necesidades se ha ido eliminando árboles y plantas para dar
paso a las grandes edificaciones generando polución y un ambiente muy tóxico
que cada vez es más preocupante.
Faltan
estudios sobre el tema (no solo del cemento si no de todos los elementos que
invaden nuestra vida) y una planificación para poder revertir esta situación.
Es por todo esto que desde la ASOCIACIÓN XÀTIGA continuamos trabajando para
crear consciencia y reflexión entre los ciudadanos y la administración para que miremos de
compensar recuperando espacios verdes y naturales sobre todo en nuestras
viviendas y pidiendo y exigiendo que se
emprendan acciones adecuadas para frenar esta situación así como compensar
recuperando áreas verdes en nuestros barrios.
Presentamos
la reflexión de Carlos Prego sobre el
cemento.
25 Junio 2022
“De Tokio a Madrid, pasando por Nueva York,
Guadalajara, Vigo o Abu Dabi. No importa en qué ciudad te fijes; algo está
claro: mires a donde mires lo más probable es que te encuentres con vastas
extensiones de cemento. Se ha extendido a tal velocidad, tan consustancial se ha vuelto al
desarrollo urbanístico, que se calcula que su uso se ha triplicado a
lo largo de las últimas cuatro décadas y hoy en día es ya, en términos
generales, uno de los materiales más utilizados del mundo.
A base de cemento hemos levantado grandes metrópolis,
edificado casas, colegios, plazas, hospitales y
amoldado el mundo a nuestras necesidades; pero con cada hormigonera cargada
pagamos también un pequeño (gran) peaje: un volumen de contaminación que el
sector ya está intentando minimizar con compuestos “verdes”, más respetuosos
con el medio.”
“La fiebre del
cemento. Usamos cemento con frecuencia.
Mucha. Los datos que
manejaba en febrero Oficemen, la
asociación española del sector, muestran que en 2021 alcanzamos los 14,93
millones de toneladas, un 11% más que el año anterior. Y no es un fenómeno
exclusivo de España. Se calcula que elaboramos más de 4.000 millones de
toneladas anuales. Es más, hace tres años The Guardian estimaba que
en todo el mundo se produce tanto que en un solo día generamos suficiente
cantidad para llenar la Presa de las Tres Gargantas de
China, la mayor del mundo.
“No solo estamos usando más cemento que nunca;
estamos usando más cemento per cápita que nunca”, explica a C&En Kimberly
E. Kurtis, ingeniera civil y experta del Instituto de Tecnología de Georgia,
quien recuerda cómo se ha disparado su consumo en cuestión de décadas.
La otra factura para el medio ambiente. El despliegue de cemento nos ha permitido
ampliar nuestras ciudades, levantar edificios, escuelas, hospitales, puentes,
muelles, aeropuertos, centros comerciales…”
“La “cara B” y menos amable de esa
realidad es su grave impacto en el medio ambiente. Un estudio reciente publicado en Nature muestra que el
cemento supone el 36% de los 7,7 Gt de CO2 que, se calcula, libera a la
atmósfera el sector de la construcción. El dato supera con creces al registrado
por otros materiales empleados por la industria, como el acero, los plásticos,
el aluminio o los ladrillos. En términos generales, se calcula que el cemento
origina entre el 4 y 8% del CO2 mundial.
Otros de
sus efectos más palpables en el medio es su elevado consumo de agua
—especialmente grave en aquellas regiones más afectadas por sequías severas y
la escasez de recursos hídricos—, la generación de partículas con un efecto
perjudicial sobre la salud y la demanda de energía.”
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