El compostaje reduce la basura que va a los vertederos en un 50% y ayuda a disminuir el impacto del calentamiento global.
Si quieres saber más, te compartimos el siguiente artículo que publica Iberdrola en su web:
¿Cómo hacer compost casero para tu huerto o jardín?
El compromiso con el medio ambiente es cada vez mayor entre la población, de ahí que actividades como la elaboración de compost casero se tornen habituales. No solo es una manera de acercar la naturaleza a nuestras vidas, también es una tarea ideal para hacer en familia y transmitir valores relacionados con el consumo responsable o el reciclaje, tan importantes para el futuro del planeta.
La idea de hacer compost casero no es una moda pasajera. Cada vez más personas apuestan por reciclar la basura orgánica generada en el hogar con un fin: contribuir a una mejor gestión de los residuos. Y es que el esfuerzo es pequeño y el beneficio, especialmente para el planeta, grande. Además, según Oxfam, ONG dedicada a la cooperación para el desarrollo, es una excelente manera de acercar la naturaleza a nuestras vidas, de transmitir valores como el consumo responsable y de impulsar la economía circular.
QUÉ ES EL COMPOST
Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (US EPA), el compost es "material orgánico que se puede agregar al suelo para ayudar a que las plantas crezcan". Es decir, se trata de un abono natural resultante de la acción de bacterias, hongos y gusanos sobre los residuos orgánicos, y es usado comúnmente para mejorar la fertilidad de la tierra y como alimento para las plantas.
Aunque el reciclaje de estos residuos suele realizarse por los servicios de recogida y tratamiento de cada pueblo o ciudad, el compromiso cada vez mayor de los ciudadanos con el medio ambiente está suscitando el interés por el compost casero. Y no solo para nutrir plantas domésticas o huertos urbanos, sino como una eficiente manera de controlar el desperdicio alimentario.
BENEFICIOS DEL COMPOST
La elaboración de compost tiene una serie de beneficios tanto para ti como para el medio ambiente:
Reduce las emisiones de CO2 a la atmósfera y, en consecuencia, la contaminación del aire, mejorando así su calidad.
Contribuye a cambiar la práctica de usar y tirar por la propia de la economía circular (reducir, reutilizar y reciclar).
Sustituye al uso de fertilizantes y plaguicidas químicos, reduciendo la contaminación del suelo y previniendo su erosión.
Permite recuperar suelos escasos de materia orgánica, haciéndolos más ricos en nutrientes, más fértiles y más productivos.
Se reduce la cantidad de residuos generados a diario que acaban en vertederos, contribuyendo así al movimiento zero waste.
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